¿Por qué cantan los pájaros cada vez más temprano?
Esta entrada ha surgido por casualidad y está basada en hechos reales. La viví yo justo esta pasada noche.
¿Te has
despertado antes de que amanezca escuchando algún canto estridente? Yo sí.
Y no, no era
ninguna rapaz nocturna tipo lechuza, autillo, búho, cárabo, etc.
La primera vez
que me invitaron a reflexionar sobre este tema fue el otro día en un seminario
de Brutal.
En el Alvaro Luna
nos habló, entre otros muchos temas, de cómo afecta la alta luminosidad
nocturna tanto a animales como en plantas que viven entre nosotros, en la
ciudad. Este fenómeno se conoce como contaminación
lumínica.
Efectos de la contaminación
lumínica pueden ser:
- · Cambios
en la floración de las plantas y árboles pudiendo no coincidir con los
polinizadores.
- · Alteración
de la caída de las hojas con más probabilidad de contraer enfermedades.
- ·
Insectos
que se ven atraídos por las luces artificiales y provocan que su ciclo de vida
no se realice con normalidad.
- ·
Incluso
cambios en los hábitos de canto de las aves, que pueden hacer cambios de
registro o cantar a deshora, aunque esto también está influenciado con los
ruidos de la ciudad.
“Nunca hemos
tenido ciudades tan iluminadas como hasta ahora”, nos decía. Yo escuché muy
interesada todo el seminario, tomé mis apuntes y hasta ahí.
El caso es que
llevo como 4 días que me ocurre algo anecdótico, gracioso y que me preocupa a
la vez.
Te cuento primero
la casualidad y luego el detonante que me ha hecho contarte todo esto.
Mi despertador es
un mix de cantos de ave, entre ellos destaca el del mirlo.
Hace unos 4 días,
un mirlo ha decidido ponerse a cantar a las 6.15 de la mañana o madrugada,
cada uno que lo vea como quiera, en el techo de mi casa.
¿Cuál es el
problema? Que mi cerebro ya ha asociado ese canto al sonido de despertador y me
despierto sobresaltada, y lo peor es que no puedo “apagarlo”. Así que cuando me
voy quedando dormida ZASCA digo ¡Ay! ¡El despertador! Pero no J.
¿Sabes esto que
le das a posponer la alarma una y otra vez? Pues eso es lo que siento yo desde
las 6.15 desde hace unos días, sin poder evitar pensar que me quedo dormida.
¿Qué tonto es el cerebro humano a veces verdad?
Ahora que sabes
esto, me gustaría analizar varias cosas contigo
1.
El
hecho de mi reacción subjetiva ante el
canto del mirlo, ya es algo. Tiene gracia. Elegí este tono porque
normalmente, el resto de tonos suelen ser muy estridentes y aunque lo ponga
ascendente o lo que tú quieras, me acababa asustando (tendré el corazón muy
pequeño). Por eso elegí el de las aves, me parecía agradable y no me daba taquicardia.
La verdad, es que nunca pensé que esto podría pasar, asociarlo de esta manera.
Si algún experto en la sala sabe más al respecto q se manifieste sobre cómo asociamos
los sonidos, me encantaría saber más.
2.
Por
otro lado, es muy triste que vivamos TAN alejados de los sonidos de nuestro
entorno, que tenga que usar el canto de
los pájaros para despertarme con el
móvil y ahora que lo tengo de manera
natural tiene el efecto contrario a relajarme. Esto me lo tengo que mirar.
3.
Es real que los pájaros urbanos cantan más
temprano, como nos dijo
Álvaro en el seminario. Vivo en Mijas, una ciudad/pueblo de Málaga y te aseguro
q hasta las 8 menos algo no hay rastro de luz y a las 6 tenemos concierto.
EXTRA: Es muy importante no olvidarnos del
contexto de las situaciones. En Mijas, llevamos unos días con una nube de polvo
sahariano que refleja la luz de las ciudades más de lo normal. La tenemos de
noche y de día y puede ser que esto haga creer a mi nuevo compañero mirlo,
junto a los vecinos que se levantan para trabajar y empiezan los ruidos, que
está amaneciendo antes. ¿Qué piensas?
Pero espera, ¡Esto
no es todo!
Realmente, lo que
me ha hecho escribir está entrada es el nuevo cantante del barrio: un ánade
azulón o real, no se como va la nomenclatura ahora. Este pato ya nos visitó por primera vez en el confinamiento el año pasado,
pero cuando pudimos volver a usar las zonas comunes, se fue a un lugar más
tranquilo.
No te creas que
vivo en la Laguna de Medina o en pleno Doñana, para nada. Vivo en una zona de
segundas residencias donde hay urbanizaciones de distintas características con
zonas de césped comunes.
En la
urbanización que está al lado, hay piscina (yo elegí una sin piscina, porque me
parecen poco sostenibles, es ironía claro); me refiero a lo de elegir, que me parece
poco sostenible es otro tema, pero en verano me encantaría tener piscina jiji.
El caso es que en
mi zona, hay mucha más biodiversidad que en otros sitios urbanos en los que he
estado viviendo otras veces. En el jardín he visto jabalís, erizos, ranas,
sapos, muchas aves residentes y migratorias, insectos varios, gatos, perros, sin
contar con plantas y lo que se me habrá escapado. Podemos hablar largo y
tendido de esto otro día
A lo que iba, que
el concierto del pato y el mirlo han despertado a todo el vecindario y yo
en mi “insomnio” de las 6 de la mañana, me animé a escribir estas líneas para
compartirlo contigo.
Para terminar, te
dejo la muestra de audio para que veas que es que estaban desatados.
Audio a las 6.21 del 05.03.21 zona urbana
¡Un saludo!
Bea.
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